domingo, 8 de septiembre de 2013

Se siguen matando malvasías

Después de varios años de búsqueda por fin apareció mi carpeta con los trabajos publicados en Diario 16, en los años en que fui corresponsal primero y freelance al final. Realmente creo que son mis mejores trabajos, así que me apresuro a sacarlos de nuevo.
Si el lince es hoy el paradigma de la lucha oficial contra las especies en extinción, el pato malvasía con su característico pico azul,  lo fue en los inicios de la Junta de Andalucía. Me alegra comprobar que a partir de este trabajo mío y de otros que vinieron después, la especie parece que está hoy a salvo. Alucinen con el estado de la cuestión conservacionista en los 80


Una especie genuinamente andaluza corre serio peligro de extinción
Se siguen matando malvasías en las lagunas de Córdoba

«Si el escudo de Andalucía necesitara un ave, esa sería necesariamente el pato malvasía.» Sin embargo, en toda Europa apenas si quedan 70 patos de esta especie, todos ellos en una zona de 40 kilómetros cuadrados al sur de Córdoba, entre la indiferencia total de la Junta de Andalucía, la lenta reacción del lcona y el amor apasionado de un grupo de personas que luchan desinteresadamente por salvar lo que, científicamente, es imposible.
 
Texto: Eladio OSUNA Fotos: DE LA FUENTE
«Cuando en mil novecientos setenta y cuatro iniciamos el estudio del pato malvasía, al descubrirlo en la laguna de Zoñar, en el término municipal de Aguilar de la Frontera, el lcona, lógicamente no sabía que estos patos existían en Córdoba. Eramos muy jóvenes y no nos hacían mucho caso, y hasta mil novecientos setenta y siete, el jefe provisional del lcona no empezó a tomar medidas», informó a Diario 16 Andalucía el biólogo José Antonio Torres Esquivias, del departamento de Zoología de la Facultad de Ciencias de Córdoba
Estas medidas se concretaron en la prohibición de cazar, que no fue efectiva hasta 1981, cuando se puso un guarda.


Habla mucha gente, incluso extranjeros interesados en el tema, que llegaron hasta pagar guardas de su bolsillo. El lcona iba a la zaga y se comenta que lo primero que hizo el príncipe Felipe de Edimburgo al llegar a España fue preguntar al Rey Juan Carlos por la malvasía. Al traspasar éste la pregunta al lcona, el asunto se activó, tomando en 1982 la iniciativa mediante un Programa Nacional de Recuperación de la Malvasía, actualmente en fase de discusión.

La malvasía es un pato de aspecto sorprendente que no hace mucho tiempo se reproducía en gran parte de los países de Europa occidental. Por diversas causas entró en un proceso regresivo que la ha hecho desaparecer de esos países y de diversas zonas de España, llegando a su punto crítico entre 1970-75, en que llegó a haber sólo 40 ejemplares y siendo la laguna de Zoñar su refugio natural.



Se pueden eliminar las lagunas

«Sigue en pie la ley Cambó, aún sin derogar, que no sólo facilita y permite la desecación de lagunas y marismas, sino que además obliga al Estado a abonar hasta el cincuenta por ciento de los gastos.»

La defensa de esta laguna pasa por su desprivatización, tema difícil, porque la laguna tiene 18 propietarios y todos no quieren vender. Algunos piden al lcona, interesado ahora en el tema, hasta tres millones por su parte.

La contaminación de la laguna por vertido de productos químicos agrícolas, la insensata introducción del cangrejo americano, de desarrollo indefinido y capaz de acabar con la vegetación subacuática e incluso con polluelos enteros, contribuyen a la alteración del medio natural de la malvasía y a su consiguiente extinción, como ya ha ocurrido en Grecia, Italia, Doñana y, si nadie lo remedia, en Zóñar.

Se siguen cazando

«Nosotros hemos visto verdaderas matanzas de malvasías, pero es que ahora mismo se siguen matando. El dieciséis de enero de este año, se han matado a tiros dos patos de esta especie, en una cacería que no hemos podido controlar. Y dos patos muertos, que sepamos, suponen más del diez por ciento de los nacidos el año pasado.»
La vigilancia resulta insuficiente por falta de personal: «Pablo Ruiz es uno de los guardas de las lagunas con un celo increíble, que el año pasado, cuando robaron unos huevos, puso una tienda de campaña al filo de la laguna de Zóñar y se tiró mes y medio allí acampado, por supuesto cobrando sólo sus ocho horas diarias de trabajo. Esto es una labor sin precio. El otro guarda, Francisco Palma, estuvo en un principio contratado por un inglés interesado en la conservación del pato, y ahora está contratado por el lcona pero por medio de contratos eventuales.»

Harían falta tres guardas por laguna en turno de ocho horas y en cada una de las que tienen malvasías: Rincón en Moriles, Amarga en Lucena, Zóñar y el pantano de Malpasillo.
La laguna de Zóñar es un santuario para biólogos de Europa y América, que llegan «hablando de rayos infrarrojos, instalaciones de radar... y cuando se les informa que no hay siquiera vigilancia suficiente, acaban con sus esquemas rotos».
El mismo Esquivias dice que así no se pueden hacer las cosas, «yo soy profesor universitario y esto forma parte de mi trabajo de investigación y cuento además con el material del Departamento de Zoología, pero hasta hace dos años lcona no nos ha empezado a pagar la gasolina estricta de los viajes semanales que hacemos desde hace años».

El plan nacional

Existe la creencia en los ambientes ecologistas de que los planes nacionales del lcona, ahora en apresurado estado de redacción, no van a ser transferidos a la Junta de Andalucía.

Los responsables del medio ambiente de la Junta «muestran una total indiferencia respecto al tema, están dormidos y se van a encontrar con una política de hechos consumados».
Este plan contempla, junto con la desprivatización de Zóñar, la recuperación de otras lagunas —por ejemplo Medina en Jerez de la Frontera- para intentar allí la implantación de ejemplares malvasía, y diversificar así el riesgo que supone la concentración actual; la construcción de aljibes junto a la laguna para uso de agricultores, evitando parte de la contaminación, la compra de la anea donde anida el pato a los que la comercializan para la fabricación de asientos, «cuya corta en años anteriores fue voluntariamente retrasada por ellos hasta perder incluso dinero, con tal de colaborar» y que este año la han vendido íntegra al lcona, «aunque aún no han cobrado».

Existe también un proyecto de cría en cautividad en las Tablas de Daimiel, con cinco ejemplares en fase de adaptación, proyecto seguido muy de cerca por italianos con vista a aplicarlo en su país, tras la desaparición allí de la especie.



Publicado en Diario 16, edición Andalucía el 14 de marzo de 1983.
Fotos De la Fuente