miércoles, 3 de marzo de 2010

Forges en Galerías Preciados

A las antiguas Galerías Preciados vino Forges en 1973.
EN ESTE PAÍS NO ES DIFÍCIL INSPIRARSE PARA PINTAR CHISTES

"Precio de un chiste: desde gratis, hasta ochocientas mil pesetas” "COMO PROFESIONAL, ME PREOCUPA EL CIERRE DE "LA CODORNIZ"
«Estoy casado con una cordobesa, afortunadamente»


Antonio Fraguas de Pablo, alias "Forges", nació en Madrid en el año de gracia de 1942, de padre funcionario-periodista-novelista gallego y madre catalana, en una familia numerosa.

Forges, ¿te estás convirtiendo en un divo?
—Yo creo que no. La conversión de divo supongo que es a partir de uno, individualmente, no de lo que la gente considere, y yo no me considero divo.
Forges estuvo en Córdoba, en olor de multitud. Muchos ejemplares para firmar. Mucha expectación en el ambiente, y no pocos sofocos por parte nuestra para conseguir "conectar" con él.

—¿Por qué Forges no tiene problemas con la censura?
—Esa es una buena pregunta que no sé contestarla. Creo que la contestación ideal sería la de alguien que supiera exactamente el artículo segundo de la Ley de Prensa y dónde está el "quid" de la cuestión. Yo no lo sé. No puedo contestar, por tanto.

-¿Hay algún chiste que Forges hubiera querido pintar y no lo ha hecho?
—No, porque soy vago, como buen ibero, y entonces no trabajo en balde habitualmente.

EL PRODUCTOR

—¿De dónde saca tiempo para tanta producción?
—Yo disiento con esa pregunta, porque yo no produzco mucho. Lo que ocurre es que hay mucha reproducción. Precisamente, gracias a la Ley de Prensa, se puede reproducir cualquier cosa citando la procedencia original. Te puedo decir que yo hago a la semana unos treinta dibujos, no más. Y, sin embargo, a mí se me publica a la semana más de ochocientos dibujos en España.

—Y, ¿de dónde sale la inspiración forgiana para pintar tantos monos?
—Pues en este país no es difícil conseguir inspiración para pintar monos.
Forges dibuja humor, profesionalmente, desde 1964, en diversas publicaciones,, españolas y extranjeras. Casado y con dos hijas, vive en la Puerta del Sol de Madrid.

EL "BOOM"

—¿A qué crees que se debe el "boom" del chiste de prensa en el país?
—Creo que no hay aún perspectiva de tiempo para ver a qué ha obedecido este "boom'*. Quizá dentro de varios años lo sepamos.

—¿Cómo va la venta del "Libro del Forges"?
—No lo sé exactamente. Según los acuerdos editor-autor de Ginebra, hasta los seis meses de salir el libro a la calle, no se sabe la cifra. Pero, por aproximación, supongo que va bien.

—¿Conoce usted Córdoba?
—Sí. Afortunadamente estoy casado con una cordobesa.

FORGES, ECONÓMICO

—¿Cuánto tiene que pagar un periódico para ver publicado en sus páginas uno de sus chistes?
—Pues, depende, porque esto no es ninguna tarifa que haya en algún colegio profesional. Los hay desde gratis hasta ochocientas mil pesetas por dibujo.

—Y con este tinglado de ir por las ciudades firmando y presentando, ¿no te estás convirtiendo en un dibujante-"objeto"?
—Quizá, digo también que hay una perceptiva en el tiempo. La concepción de objeto se la tiene que dar uno mismo. No la gente que le rodea. Posiblemente tengas razón.

"LA CODORNIZ"

—¿Qué opinas del cierre de "La Codorniz"?
—Pues yo no puedo opinar nada. Lo único que sé es que hay ahora mismo cerca de sesenta compañeros y amigos que no publican. Cosa que me preocupa, como profesional y como amigo.

—Este cierre de "La Codorniz", ¿no es un poco un resbalón ante la reacción para defenderse de "Hermano Lobo"?
—No sé. Yo te puedo contar cosas de "Hermano Lobo", pero de "La Codorniz" es que hace cuatro años que no publico en ella.

—¿Está bajando la línea inicial de "Hermano Lobo"?
—"Hermano Lobo" es una revista, y una revista, como su propio nombre indica, tiene que ser una revisión continua. Quizá hay momentos en que se para la revisión y otras veces, en que no se para. Y ahora, a lo mejor está un poco más baja, pero la semana que viene estará mejor, y así sucesivamente.

A Forges le gustan la sociología, los animales, la fotografía y la siesta nacional. No le gustan los triunfalismos, los tambores, la demagogia, los coches, los aviones, los biliosos, los ruidos, ni los follones. Es tranquilo, apacible, bucólico y pastoril.
Y no se ríe. Su mirada profunda impresiona. Y sólo nos sonrió al estrecharnos las manos, al despedirnos. Mientras, pintaba "forgendros" en los ejemplares de sus admiradores.
E. O.

Publicado en la edición cordobesa de El Correo de Andalucía el 21 de febrero de 1973